Fotografía callejera ¿Para qué sirve?
Ha pasado poco más de una semana y ha llegado la hora de escribir un poco, así que he decidido empezar por lo básico, aunque con un pequeño giro para hacerlo más personal. Ciertamente hay muchas definiciones de lo que signifca "fotografía callejera" o "street photography" circulando en la red, por lo que darnos vuelta en ello me parece redundante, así que quiero que nos concentremos en otra pregunta relacionada con su función: ¿Para qué sirve? ¿Sirve para algo en realidad?
Vivimos en una era cínica de consumo, donde todo debe tener una funcionalidad o un propósito y supongo que el hábito de salir a caminar por la ciudad en busca de pequeños fragmentos de vida cotidiana no parece ser la forma más útil de utilizar nuestro tiempo.
Aunque estamos "documentando" nuestra realidad, no necesariamente estamos cubriendo un acontecimiento o un hecho periodístico de interés noticioso inmediato.
Tiendo a pensar que con la suficiente cantidad de fotografías de un período de tiempo o zona geógrafica específica se genera de un trabajo documental que funciona como un espejo de una realidad, tal como sucede en el libro "Los Americanos" de Robert Frank, donde el autor aporta su mirada sobre la sociedad norteamericana de su época, pero la mayoría de los fotógrafos callejeros a los que admiro tienden a ir más en la ruta de personajes como Daido Moriyama, vagabundeando por los rincones de la ciudad día tras día, noche tras noche, capturando imágenes guiados solo por su intuición.
Incluso si vamos un poco más lejos en ese espectro, existen aquellos como Vivian Maier, quienes realizan fotografías con una devoción por el oficio casi obsesiva, pero nunca la comparten con el mundo (inclusive dejando una numerosa cantidad de películas sin siquiera revelar). Famoso es el caso de esta autora que fué descubierta casualmente años después de su muerte, llegando a inspirar un documental y una exposición itinerante que ha recorrido el mundo. De tener la oportunidad, me hubiese gustado preguntarle a ella cuál era su opinión sobre el "valor" de la fotografía. Ciertamente su respuesta habría sido interesante.
Las redes sociales tampoco ayudan a aportarle una "utilidad" a la fotografía de calle. En el pasado sitios como Fickr o hasta hace poco Instagram eran plataformas ideales para compartir nuestros progresos como aficionados, y permitían que algunos talentos destacados pudiesen aliarse a marcas de fabricantes de cámaras y generar interés en esta corriente artística. Pero la tendencia de esta última actualmente es apoyar el contenido en video, de fácil viralización y consumo, por lo que los creadores de street photography se han quedado "huérfanos" de un lugar virtual para crear comunidad o simplemente difundir su trabajo a un público más amplio, al menos por el momento.
Pero aunque no podamos responder de forma simple la pregunta que nos hicimos al inicio de este post, si podemos decir una cosa con seguridad: la fotografía callejera no es inútil. Al menos para mí, posee en su misma naturaleza de exploración, cacería y captura de imágenes, un brillo que la hace destacarse entre todas las ramas del arte fotográfico y es su capacidad de maravillarnos de aquello que a simple vista parece mundano en el mundo que nos rodea. Un cruce, un parque, un callejón cualquiera puede ser el escenario de un encuentro extraordinario.
Crecí en la época en que los álbumes de fotos impresas eran un bien preciado en los hogares. En ellos se plasmaba la vida familiar en pleno, cada acontecimiento familiar importante. Como fotógrafos de calle, mostramos nuestros barrios, nuestra ciudad y su gente, en el papel de habitantes de esos mismos territorios que aprendemos paso a paso a amar, y los dejamos incluímos en un "álbum familiar" mucho más amplio, que se nutre de la vida en comunidad dentro de nuestras ciudades, con sus luces y sombras.



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